Nuestra razón de ser...

1. Según los judíos:
Al igual que Dios es un Creador, también lo es el hombre. De hecho, el hombre es socio de Dios en la creación; un socio en la consumación y perfeccionamiento del mundo.
El mal es una manifestación de un mundo que aún es incompleto, esperando que el hombre haga su parte y termine el trabajo.
Para darle al hombre una oportunidad para ejercitar esta función, Dios ha dejado intencionalmente el mundo sin terminar; el mundo fue creado incompleto. Eso es lo que significa que Dios descansó al final del sexto día. Es obvio que Dios no estaba cansado, "Dios descansó" significa que se detuvo a la mitad del trabajo. ¿Por qué? Para que el hombre tuviera la oportunidad de colaborar en perfeccionar el mundo. Dios permite la existencia de enfermedades para que el hombre pueda tener un rol inventando curas. Dios permite hambrunas para que el hombre pueda tomar parte inventando nuevos métodos de agricultura. Dios permite que haya sequías para que el hombre pueda participar en el acercar al mundo a su estado ideal inventando nuevos métodos de irrigación, y construyendo represas y plantas de desalinización.

2. Según Sathya Sai Baba, líder espiritual de la India:
Aquí viene la historia de un orfebre que estaba derritiendo oro una vez, trabajando en lo suyo. Durante el proceso, se dirigía de la siguiente manera al oro: ¡Oro! Eres algo muy valioso y la gente te respeta, mas ahora estás en mis manos. Tendré la gran oportunidad de calentarte, de derretirte, de golpearte y de hacer muchas cosas que te van a doler. Ahora esto es mi privilegio y mi gusto. Como respuesta, el oro le dice que todos los esfuerzos que realice por herirlo no tendrán por resultado sino el purificarlo más aún, el aumentar su valor al quitarle impurezas y hacer que brille mejor y sea más atractivo. Además, en el proceso, el calor, el humo, el dolor por el esfuerzo de martillar resultan molestos sólo para el orfebre. De este modo, todas las dificultades le caen encima al orfebre, y el mejoramiento sobre el oro. 
Consideren que a la gente buena, a los santos, a hombres de gran carácter y a los que tienen una mente estable, no tiene importancia alguna que les insulten, les hieran o les alaben. Ni el insulto, ni la lesión y ni siquiera la alabanza les alcanza jamás. Todo ello rebota y vuelve hacia las personas de las que surge. 
Ustedes, jóvenes, están ahora en la edad apropiada para tomar contacto con hombres de gran carácter y con hombres buenos, y de elegir la senda que quieran recorrer. Espero que todos los que están reunidos aquí vayan a buscar esta compañía y que elijan la senda correcta. Deberían adquirir las cualidades de la verdad, el amor y la paciencia, como también la del sacrificio. Si ahora, en el comienzo de sus vidas, vuelven sus mentes hacia lo bueno y hacia Dios, estarán iniciando sus vidas de una manera propicia para que las malas cualidades no les sigan, como tampoco el egoísmo ni la envidia, ni otras cualidades indeseables. 

3. Según Paulo Cohelo:
 Por supuesto que las cosas no ocurren siempre como nos gustaría. Hay momentos en los que nos parece que perseguimos algo que no nos está destinado, que nos estamos dando de bruces una y otra vez contra puertas que no se abren, que esperamos milagros que no llegan a suceder.Menos mal que las cosas son así, pues si todo ocurriera como deseamos, en poco tiempo nos quedaríamos sin asunto para seguir escribiendo el guión de nuestra vida diaria. Dicho guión se nutre de nuestros sueños, pero, además, se impulsa con la energía de nuestra lucha. 
Y como sucede siempre con los guerreros que emplean su energía en el Buen Combate, hay ciertos momentos en los que es mejor relajarse, y creer que el Universo continúa trabajando por nosotros en secreto, aunque no lo lleguemos a entender.
Dejemos, por tanto, que el Alma del Mundo cumpla su misión, y cuando no nos sea posible ayudarla, la mejor manera de colaborar con ella es prestar atención a las cosas sencillas de la vida, como las puestas de sol, la gente que pasa por la calle, o la lectura de un libro.De todas maneras, en muchos casos sigue pasando el tiempo y no termina de ocurrirnos nada excepcional. Pero el verdadero guerrero de la luz continúa creyendo. A la manera que tienen los niños de creer.A pesar de todo, a veces seguimos esperando – con paciencia, resignación, coraje – y las cosas que nos rodean no se mueven. Pero como éste fue el camino que elegimos, es imposible que las bendiciones de la vida no estén trabajando a nuestro favor. Cabe, por tanto, una profunda reflexión sobre lo que conocemos como “resultados”: nuestro destino se está manifestando de una manera que no llegamos a comprender totalmente – ¡pero se está manifestando! Jorge Luis Borges escribió un cuento magistral sobre este asunto.Describe el nacimiento de un leopardo que pasa gran parte de su vida en la selva africana, pero termina siendo capturado y llevado a un zoológico de Italia. A partir de entonces, el animal piensa que su vida ha perdido el sentido, y que ya no le resta sino esperar el día de su muerte.Cierta mañana, el poeta Dante Alighieri pasa por aquel zoológico, mira al leopardo, y el animal le inspira un verso. Un verso entre los miles que componen La Divina Comedia.Toda la lucha por la supervivencia que aquel leopardo trabó, fue para que pudiese estar aquella mañana en el zoológico e inspirase un verso inmortal, dice Borges.Al igual que este leopardo, todos nosotros tenemos una razón – una razón muy importante – para estar aquí, en este momento, esta mañana.(Interesante pero discutible!)

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